Page 173 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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boquiabiertos, el rostro de Scott—. Sí, es él. He visto
su foto en la televisión.
—Y trataba de hacernos creer que era un chico
—dijo el muchacho—. ¡El maldito hijo de perra!
Scott no podía hablar. La desesperación había
superado la cólera. Le conocían, podían
traicionarle. Permaneció inmóvil, mientras su
pecho subía y bajaba a impulsos de su acelerada
respiración. La segunda cerilla fue tirada al suelo.
—¡Uh! —su cabeza giró violentamente hacia un
lado cuando el muchacho de la gorra le dio un
fuerte revés.
—Esto es por mentir, monstruo —dijo el
muchacho. Su risa parecía forzada—. Monstruo,
éste es tu nombre. ¿Qué dices, monstruo? ¿Qué
dices?
—¿Qué pretendéis de mí? —inquirió Scott.
—¿Que qué pretendemos? —repitió el
muchacho—. El monstruo quiere saber lo que
pretendemos —los muchachos se echaron a reír.
—Eh —dijo el tercero—, ¡bajémosle los
pantalones, y veamos si mengua de todas partes!
Scott se debatió como un enano enloquecido. El
muchacho de la gorra le cruzó la cara de una
bofetada. La noche se convirtió en un borrón a los
ojos de Scott.
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