Page 735 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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                 Ermanarico estaba sentado a solas bajo las estrellas.


           El viento soplaba. En la lejanía oyó el aullido de un lobo.



                 Después de que los mensajeros hubiesen traído sus

           noticias,  pronto  no  pudo  soportar  más  el  terror  y  el

           charloteo posterior. A su orden, dos guerreros le habían


           ayudado a subir los escalones hasta el tejado de su casa.

           Lo  sentaron  sobre  un  banco,  cerca  del  parapeto  y  le

           pusieron la capa de piel sobre los hombros caídos.



                 —¡Idos! —ladró, y ellos se fueron, aterrorizados.



                 Había  visto  la  puesta  de  sol  disolverse  en  el  oeste

           mientras las nubes tormentosas se acumulaban azules al


           este.  Esas  nubes  ocupaban  ahora  una  cuarta  parte  del

           cielo.  Los  rayos  corrían  por  entre  ellas.  Antes  del

           amanecer,  la  tormenta  estaría  allí.  Y  sin  embargo,  sólo

           había llegado el primer viento, frío como el invierno en


           medio  del  verano.  En  otras  partes  las  estrellas  todavía

           relucían en multitud.



                 Eran pequeñas, extrañas y no tenían piedad. Los ojos

           de  Ermanarico  intentaron  evitar  mirar  el  Carro  de


           Wodan,  que  giraba  alrededor  del  ojo  de  Tiwaz  que


                                                                                                         735
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