Page 767 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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se apagó. ¿Temblaba?—. No estoy acostumbrada a esto.

           Enfrentarse a la muerte, sí, pero al olvido, a la nada de


           todo lo que he conocido… —Se calló y se sentó recta—.

           Perdóneme.



                 Una vez llenada la pipa, Everard encendió una cerilla

           y envió la primera bocanada a la lengua.



                 —Descubrirá que es muy dura —le aseguró—. Lo ha


           demostrado. Quiero oír sus experiencias de campo.



                 —Más tarde. —Durante un instante apartó la vista. Él

           creyó detectar miedo, Sus ojos volvieron a él, las palabras

           se  hicieron  más  intensas—.  Hace  tres  días,  un  agente


           especial me llamó para una larga discusión. Un equipo de

           investigación  había  obtenido  su  propio  texto  de  las

           Historias. ¿Lo sabía?



                 —Ajá. —Aunque su puesta al día había sido breve, a


           Everard se lo habían dicho. Pura casualidad; ¿o no? (la

           causalidad  puede  plegarse  sobre  sí  misma  de  formas

           extrañas).  Los  sociólogos  que  estudiaban  Roma,  a

           principios del siglo II d.C., descubrieron en poco tiempo


           que  necesitaban  saber  lo  que  opinaba  la  clase  alta  del

           emperador Domiciano, muerto un par de décadas antes.

           ¿Realmente le recordaban como a un Stalin o le concedían

           algunos hechos buenos? Las últimas secciones de Tácito



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