Page 802 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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honor compartiendo conmigo sus planes. Las
perspectivas comerciales…
Clásico hizo un gesto de desdén y apartó la vista. Su
rostro se endureció. Está pensando, está tomando una
decisión que estaba meditando, Puedo imaginar cuál es. Un
escalofrío recorrió la espalda de Everard.
Burhmund había terminado su breve discusión con el
romano. Le dio una orden a un guardia, que acompaño al
prisionero desde la fila hasta los toscos refugios
improvisados que los germanos habían dispuesto
durante el asedio. Mientras tanto, Burhmund cabalgó
hacia una veintena de hombres que se iban a caballo, a
unos doce metros de distancia: sus tropas domésticas. Se
dirigió al más pequeño y delgado. El muchacho asintió en
obediencia y corrió hacia el campamento abandonado,
alcanzando al romano y su escolta. Allí todavía quedaban
algunos germanos para vigilar a los civiles que
permanecían en la fortaleza. Tenían caballos de refuerzo,
provisiones y equipo que podía reclamar.
Burhmund regresó con sus compañeros.
—¿De qué se trataba? —preguntó directamente
Clásico.
—Un legado, como pensé que era —dijo Burhmund—
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