Page 877 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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hombría, como se soporta la curación de un miembro
roto. Habría que pensar en lo que significaban y en lo que
habría que hacer o se podría hacer.
El rey se apartó. Dos mujeres —¿sus esposas?—
trajeron un taburete alto de tres patas. Edh se adelantó y
tomó asiento.
Everard se estiró en el crepúsculo. ¡Cómo deseaba
poder usar el equipo óptico para que le ayudase a ver a la
luz del fuego! Lo que vio le sorprendió. Había esperado
que fuese una vieja harapienta. Iba bien vestida, con un
traje de manga corta y falda larga hecho de lana blanca,
una capa azul de piel sostenida con un broche dorado de
bronce y fino calzado de cuero. Llevaba la cabeza
desnuda, como una doncella, pero la melena castaña le
colgaba no suelta sino en trenzas, bajo una cinta de piel
de serpiente. Alta, de huesos fuertes pero delgada, se
movía con cierta torpeza, como si ella y su cuerpo no
fuesen del todo uno. Sus grandes ojos relucían en un
alargado y hermoso rostro. Cuando abrió la boca, una
dentadura aparentemente completa lanzó un destello
blanco. Vaya, es joven—pensó. Y—:No. Tiene treinta y
tantos, supongo. Eso aquí es mediana edad. Podría ser abuela,
aunque dicen que nunca se ha casado.
Apartó la mirada de ella un instante y, con sorpresa,
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