Page 468 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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comprendía. Por muy cariñosos que fueran sus
compañeros de tripulación, estar siempre explicando
diferencias culturales, morderse la lengua con una
observación amistosa que podría ofender oídos
alienígenas, aguantarse quietas las manos cuando
quería tocar a alguien… se volvía agotador. Y aunque
visitar su hogar era un bienvenido bálsamo para su
nostalgia, lo que siempre, siempre olvidaba era que
durante un tiempo, tras volver a partir de Hashkath,
estar lejos era incluso más duro. La primera vez que
se marchó de casa fue como si se hubiera apuñalado
con un cuchillo; no en un punto vital, tan solo el
muslo, o quizá el antebrazo. Cuanto más tiempo
estaba fuera, más sanaba la herida, hasta que se
olvidaba que estaba ahí. Volver siempre arrancaba la
costra.
Aun así, quizá era mejor de aquella forma. Si dejaba
de preocuparse por su familia de eclosión, estar lejos
no dolería, pero cortar aquellos lazos era
inimaginable. Además, si no se hubiera marchado,
jamás habría conocido a los amigos que había hecho
por todas partes. Quizá el dolor de la nostalgia era un
precio justo a pagar por tener a tanta gente fantástica
en su vida.
Alguien llamó a la puerta.
—Adelante —dijo.
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