Page 577 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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costra resquebrajada. Una niebla de rocas flotaba en
órbita, como recordatorio de su reciente formación.
Era un planeta joven, inhóspito, resentido por su
propia existencia.
—Es la roca con más mala leche que he visto nunca —
dijo Ashby.
—¿Lo dices por la roca o por las naves?
Un frenesí de idas y venidas de naves envolvía Hedra
Ka: fragatas harmagianas, cruceros aeluones,
transportes neutrales, remolques de alfiler,
transbordadores patrulla. Y, por supuesto, los toremi.
Ashby sabía que los toremi eran espaciales
generacionales, como los exodanos, pero nada en sus
naves le resultó familiar. Para ser una especie que
vivía en el vacío, las naves tenían un aspecto frágil,
carentes de los gruesos mamparos que asociaba a los
transportes de larga distancia. Tan solo pudo ver
siluetas ásperas y bordes afilados, cubiertas de
antenas y cuerdas inquietantemente iluminadas que
arrastraban por el vacío. Parecían criaturas de las
profundidades del océano, palpitantes, oscilantes,
incomprensibles.
Ashby se inclinó hacia delante.
—No me jodas. —Fuera del enjambre había un área
esférica despejada, marcada con boyas de peligro—.
¿Es ahí donde quieren que soltemos la jaula? —La
distancia entre la entrada del túnel y Hedra Ka era
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