Page 599 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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El taladro chirrió, ahogando sus palabras.



          El pulso de Ashby se disparó.



          —¿Han cruzado el perímetro? —gritó.



          —No. Es una especie de acumulación de energía. Es

          algo que nunca he…



          Lo que ocurrió a continuación debió de suceder muy


          deprisa, pero para Ashby todo fue lento, como si ya


          estuvieran  en  la  subcapa.  Primero,  la  ventana  se

          emblanqueció, inundada por una luz cegadora que lo


          ocultó todo más allá del casco de la nave. Mientras la


          luz se atenuaba, unos arcos de energía se retorcieron

          alrededor de los soportes de la jaula y rebotaron por


          el interior.



          La jaula se estaba haciendo pedazos. No caía, como


          una  estructura  planetaria,  sino  que  se  quebraba,  se

          retorcía  y  se  alejaba  flotando.  Ashby  se  quedó


          mirando sin comprender qué ocurría.



          Algo los golpeó. Toda la nave se sacudió y tembló.


          Luces  rojas  se  encendieron  por  toda  la  pantalla  de

          control, como ojos que se despertaban de improviso.


          Los  paneles  luminosos  del  techo  parpadeaban


          espasmódicamente.  Probablemente  hubo  ruido:  los


          mamparos bajo presión o los paneles deformándose,

          el sonido de su tripulación gritando de pánico. Pero


          cualquier  sonido  que  hubiera  fue  absorbido  por  el


          taladro, que había llegado al final de la cuenta atrás.

          El  cielo  se  desgarró.  La  Peregrina  lo  atravesó


          tambaleándose.





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