Page 65 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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—Espero que te gusten los bichos de la costa roja. Y


          son frescos, no almacenados en estasis; tengo un par

          de tanques de cría en la parte de atrás.



          Sissix le dio un codazo amistoso a Rosemary.



          —Solo los comemos frescos en ocasiones especiales.



          —No los he probado, pero huelen de maravilla.



          —Un  momento  —exclamó  Sissix—.  ¿Nunca  has


          probado bichos de la costa roja? Jamás había conocido

          a un humano que no hubiera probado bichos de la


          costa roja.



          —Siempre  he  vivido  en  un  planeta  —dijo


          Rosemary—. No comemos muchos bichos en Marte.


          Se sintió culpable solo por reconocerlo. Los insectos


          eran baratos, ricos en proteínas y fáciles de cultivar en


          espacios  reducidos,  lo  que  los  convertía  en  un


          alimento  estupendo  para  los  espaciales.  Los  bichos

          habían  sido  parte  de  la  dieta  de  la  Flota  Éxodo


          durante  tanto  tiempo  que  incluso  las  colonias


          extrasolares todavía los tenían como plato principal.

          Por  supuesto,  Rosemary  había  oído  hablar  de  los


          bichos  de  la  costa  roja.  Se  decía  que  un  tiempo


          después  de  que  en  la  Confederación  Galáctica


          hubieran  garantizado  el  estatus  de  refugiados  a  la

          Flota Éxodo, un puñado de representantes humanos


          había  acudido  a  una  colonia  aeluona  para  hablar


          sobre  sus  necesidades.  Uno  de  los  humanos  más

          emprendedores  se  fijó  en  unos  grupos  de  grandes


          insectos que correteaban por las dunas de arena roja





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