Page 89 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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harmagianos… y el de una humana que desafinaba
con descaro y que no formaba parte de la grabación.
Accedió a una amplia sala. Era la guarida de Kizzy,
un espacio bien iluminado repleto de bancos de
trabajo con montones de piezas de recambio,
contenedores con etiquetas escritas a mano y juguetes
olvidados. Una caja de herramientas montaba
guardia en una de las entradas, repleta de todo tipo
de instrumentos imaginables. Dos sillones verdes,
con la tela pelada cubierta de parches, descansaban de
forma estratégica junto a las cálidas tuberías que
bombeaban el combustible usado hacia los tanques de
procesamiento. Entre las sillas había una destilería de
mek, conectada chapuceramente a uno de los cables
de alimentación del motor. Necesitaba una buena
limpieza.
La técnica mecánica estaba en lo alto de una escalera
de trabajo, con la cabeza y las manos metidas dentro
de un panel abierto del techo. Movía las caderas al
ritmo de la música mientras trabajaba.
—¡Puñetazo en la cara! ¡A los monos también les
gusta!
—Oye, Kizzy —llamó Jenks.
—¡Me comí una ar‐mónica! ¡Estos calcetines… pegan
con… mi gorro!
—Kizzy.
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