Page 579 - Limbo - Bernard Wolfe
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muchacha Rosemary, era una locura.
En cuestión de minutos iban a descubrir que se
había escapado, no tenía tiempo que perder.
Mejor prescindir del equipaje, tenía que moverse
rápido. Dentro de la habitación, llenó
apresuradamente más lápices con las mezclas
rotabunga, luego vació lo que quedaba en las
botellas por el desagüe. Se llenó los bolsillos de
billetes, agarró su cuaderno de notas, salió de la
habitación tan pronto como se hubo asegurado de
que no había nadie en el pasillo. En un momento
alcanzaba la escalera de emergencia e iniciaba el
laborioso descenso.
Cuando alcanzó la planta baja le dolían las
piernas y estaba mareado por las vueltas, pero no
se detuvo a descansar. Se apresuró fuera del hotel
por la puerta trasera. El siguiente paso,
obviamente, era salir de la ciudad... ¿pero cómo?
Autobuses, trenes y aviones estaban descartados:
era imposible predecir si no se encontraría con
alguno de los ubicuos «turistas» de Vishinu. Era
mejor asegurarse y conseguir un coche.
Necesitaba un coche. Tan pronto como se hubo
planteado el problema supo la solución: antes, en
su vagabundeo por la ciudad, había visto varias
agencias de alquiler de coches.
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