Page 608 - Limbo - Bernard Wolfe
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—De tal padre, tal hijo —dijo Irene.



                  —Eso espero —murmuró Tom


                  Martine—. Pero es un infierno de


                  responsabilidad. Los pecados de los


                  padres... De tal padre...



                  —¡Pero se ofreció voluntario! Si todas las


                  heridas de los bebés... ¡si fueran voluntarias!


            ¡No  habría  otros  virus!  Solamente  lo  estaba


            pensando para sí mismo. Pero oyó las palabras,


            era más de lo que podía soportar, atravesaban el


            agua  hasta  él.  Alguien  gritándole  las  palabras,


            una  electrovox,  aullando,  trompeteando  bajo  el


            agua. El gritando también, los labios agitándose


            contra  la  presión  del  agua,  la  garganta



            hinchándose con las palabras...


                  Su  cabeza  giraba  como  un  molinete,


            revolviendo las aguas. Vio el blando y lacerado


            cuerpo de Rosemary flotando suavemente junto a



            él en el agua, arrastrando consigo ristras de algas


            marinas, y gritó: —¡Ella no tuvo nada que ver con


            esto! ¡Dejadla en paz! Perdiendo apoyo, cayendo,


            cayendo,  aferrándose  al  alféizar  de  la  ventana


            mientras  caía,  temeroso  de  que  si  caía  en  la


            canastilla  lisa  y  sin  fondo  del  lago  y  las  dos


            mujeres se inclinaban sobre él con su mezquindad


            y sus aguijoneos él debería matarlas y...



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