Page 613 - Limbo - Bernard Wolfe
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formaba parte de la acusación, era su forma de



            regresar  a  él,  le  preocupaba  tanto  que  intentó


            sentarse de nuevo. Las anguilas lo sujetaron como


            cuerdas.


                  —No, no —dijo ella—. Tienes que descansar.



                  Estás muy débil.


                  —El  también  estaba  débil,  era  tan  sólo  un


            chiquillo  —dijo  él  amargamente—.  ¿Por  qué  le


            dejaste  hacerlo?  Hubieras  podido  detenerlo,


            intentarlo  al  menos.  ¿Por  qué  nadie  intentó


            detenerle?  Sólo  porque  era  lo  suficientemente



            débil como para presentarse voluntario a que lo


            amputaran, voluntario...


                  Ella          no          comprendió                     la        obscenidad,


            simplemente se quedó sentada allí mirándole con



            unos  sorprendidos  y  acusadores  ojos  de  agar‐


            agar.  Ella  estaba  mirando  acusaciones  de  lecho


            oceánico hacia él, él estaba gritando acusaciones


            de  muchas  brazas  de  profundidad  hacia  ella.


            Ahora todo tenía que detenerse, con la crecida.


                  —Bien,  Cristo,  ¿qué  sentido  tiene  mostrarse



            tan dolido, de todos modos? Si ellos deciden irse


            de tu lado para un fin de semana, diles adiós para


            mantener  las  apariencias,  si  ellos  insisten  en


            correr trazando círculos, triskelíones, ¿tan terrible


            es? Es el virus de ellos, no el tuyo, ¿acaso no lo


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