Page 72 - Limbo - Bernard Wolfe
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Rembó siguió transmitiendo su informe,
planteando por orden las cosas que su padre le
había pedido que averiguara. Martine escuchó
atentamente: parte de la información era
sorprendente, casi toda era buena. El viaje era no
sólo realizable, sino que prometía ser interesante.
—Una cosa más —dijo Rembó—. No sé qué
significado pueda tener. Mientras me dirigía al
campamento, oí ruidos procedentes de la jungla.
—¿Qué tipo de ruidos?
—No pude identificarlos, así que abandoné el
sendero y fui a mirar. Tuve mucho cuidado, nadie
me vio. Lo que descubrí era extraño. Habían
construido su campamento abajo en el extremo
inferior de la isla, cerca de un lugar donde hay
muchas rocas y peñascos y altas paredes de
piedra. Muchos de los miembros‐raros estaban en
aquel lugar, algunos tenían instrumentos en vez
de sus brazos, taladros de alta velocidad y
excavadoras y otras cosas para horadar y romper
la piedra. Esos hombres arrancaban pedazos
pequeños de piedra y otros los tomaban y los
metían en algunas máquinas, luego echaban
productos químicos sobre ellos y los examinaban
bajo luces especiales y cosas así. Al cabo de un
rato me fui y seguí hacia el campamento.
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