Page 74 - Limbo - Bernard Wolfe
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dentro.



                  —¡Helado de pistacho! —dijo Martine—. Muy,


            muy  bueno  para  los  intestinos.  —Pensó


            intensamente  por  un  momento.  Luego,  en  un


            susurro—:  Quiero  que  hagas  dos  cosas  más,


            Rembó.  En  la  parte  de  atrás  del  taller  de


            maquinaria,  en  el  cobertizo,  tengo  guardadas


            algunas  maletas  y  algunos  cestos  con  comida.


            Busca un par de chicos que te ayuden y llévalo


            todo hasta el bote... tomaré el catamarán a motor



            azul y blanco. Luego visita a todos los estudiantes


            y ayudantes y enfermeras, llévalos aparte, y diles


            uno  a  uno  que  salgan  discretamente  dentro  de


            una hora y acudan a la sala de conferencias en la


            caverna.  Sólo  los  jóvenes,  entiéndelo  bien,  sólo


            aquellos que han trabajado conmigo, no los otros.


            Tú  vendrás  también,  por  supuesto,  quiero  que



            oigas lo que tengo que decir.


                  —De acuerdo, padre.


                  Martine  observó  al  muchacho  desaparecer



            girando  la  esquina  de  la  choza,  luego  volvió  a


            entrar  en  ella.  Tan  pronto  como  se  reunió  con


            Ooda  adelantó  una  mano  y  tocó  su  muslo:  la


            primera reacción de ella fue apartarse. El aferró


            su  pierna  y  tiró  de  ella  hacia  sí,  con  el  deseo


            empezando  a  agitarse  en  el  a  medida  que


                                                                                                         74
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