Page 93 - Limbo - Bernard Wolfe
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intestinales y la elefantiasis, ningún habitante del



            poblado  había  quedado  tullido  a  causa  de  una


            dieta desequilibrada o una fractura mal soldada.


            Sólo  aquel  simple  cuidado  médico  había


            eliminado  una  serie  de  «hechos»  establecidos  y


            los había convertido en sus opuestos.



                  Los  más  ancianos,  como  era  de  esperar,  se


            mostraron algo turbados por toda esa repentina


            agitación: estaban acostumbrados a una tranquila


            monotonía, a las cosas repitiéndose a sí mismas


            sin la menor sorpresa durante siglos y siglos. Pero


            la  gente  joven  se  había  sentido  presa  de  una


            corriente de excitación hacia la novedad, hacia el



            hecho  de  que  las  cosas  que  podían  ocurrir


            mañana era posible que fueran distintas de las de


            hoy,  por  primera  vez  el  futuro  podía  ser  una


            aventura  en  lugar  de  una  monótona  repetición


            del  pasado.  Los  interrogantes  se  asomaban  por


            primera  vez  en  el  horizonte,  haciendo  volar  en


            pedazos la concha del determinismo que aferraba



            al poblado. La gente joven empezaba a despertar


            del larguísimo sueño tradicional. La vida, en el


            transcurso de una generación, había salido de la


            noria, de la repetición y de la rutina, abriéndose a


            la  posibilidad  de  lo  milagroso,  y  la  gente


            empezaba  a  sentirse  alerta  y  con  ansias  de



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