Page 164 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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Philip negó con la cabeza.
—Hablan de matemáticas, por lo general, y de vez
en cuando sobre filosofía.
—Una vez supe lo que era eso —dijo Julia.
Desorientada, añadió—: Creo.
—No tienen el menor instinto de conservación —
continuó Philip—, por lo que ni la lluvia ni el
fertilizante son temas de su interés. Les da igual que
se las coman o no. Utilizan su inteligencia para
resolver problemas abstractos, porque para ellas
todos los problemas encajan en esa categoría.
—¿Existen realmente? —pregunté, sin poder
evitarlo.
—Existen realmente.
—¿Qué aspecto tienen?
—No se parecen a ninguna de las plantas que hay
en la Tierra. La mayoría de ellas tienen flores
traslúcidas, y casi todas presentan unas
protuberancias rígidas, como… no sé, como ramitas
diminutas que se frotan. Así se comunican.
—Entonces, ¿tú hablas con campanillas y ellos con
pequeños chasquidos? —preguntó Julia—. ¿Cómo os
entendéis?
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