Page 219 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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emoción que me imagino que debía de sentir. Poco a


           poco,  en  el  transcurso  de  reiteradas  revisiones,  me


           habré confeccionado un recuerdo feliz a medida.




                  En otro de mis primeros recuerdos estoy jugando


           en  la  alfombra  del  salón,  empujando  cochecitos  de



           juguete de aquí para allá, mientras mi abuela trajinaba


           encorvada  sobre  su  máquina  de  coser;  de  vez  en


           cuando  se  volvía  para  dedicarme  la  sonrisa  más


           cálida del mundo. No hay constancia fotográfica de


           ese momento, por lo que sé sin lugar a dudas que el


           recuerdo me pertenece a mí y a nadie más que a mí.


           Se trata de una escena idílica, entrañable. ¿Que si me



           gustaría que me enseñaran un vídeo con las imágenes


           de  lo  que  sucedió  en  realidad  aquella  tarde?  No;


           rotundamente no.




                  Con respecto al papel de la verdad en el ámbito de


           la autobiografía, el crítico Roy Pascal escribió: «Por


           una  parte,  tenemos  la  verdad  de  los  hechos;  y  por


           otra,  la  verdad  del  corazón  del  escritor;  y  no  hay


           autoridad  exterior  capaz  de  decidir  con  antelación


           dónde  coinciden  las  dos.»  Nuestros  recuerdos  son


           autobiografías  privadas,  y  si  aquella  tarde  en


           compañía de mi abuela ocupa un lugar destacado en



           la  mía  es  gracias  a  los  sentimientos  que  lleva


           asociados. ¿Y si los archivos de vídeo revelaran que la


           sonrisa de mi abuela en realidad era de compromiso,

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