Page 223 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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—Sé que no tenéis escribas suficientes para toda
Tivlandia. Jijingi, aquí presente, ha aprendido a
escribir; deja que sea él nuestro secretario, así podrás
enviar a este muchacho a otra aldea.
El representante de la administración puso a
prueba las dotes de redacción de Jijingi, pero Moseby
le había enseñado bien, y al final el agente accedió a
que se convirtiera en el escriba de Sabe.
Cuando el hombre se hubo marchado, Jijingi le
preguntó a Sabe por qué no quería que el muchacho
de Katsina‐Ala fuera su escriba.
—Nadie que provenga de un colegio misionero es
de fiar —fue la respuesta de Sabe.
—¿Por qué no? ¿Acaso los europeos los convierten
en mentirosos?
—La culpa es suya, en parte, pero también
nuestra. Cuando los europeos vinieron en busca de
alumnos para sus escuelas, hace años, la mayoría de
los ancianos aprovecharon para deshacerse de los
elementos más holgazanes e inconformistas. Ahora
que esos chicos han regresado, no sienten la menor
simpatía por nadie. Esgrimen sus conocimientos
como quien empuña una pistola; exigen a los líderes
que les busquen mujeres, por ejemplo, so pena de
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