Page 221 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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acabó para los padres el contarles a sus hijos cualquier
anécdota que comience con las siguientes palabras:
«Tú no te acuerdas porque todavía andabas a gatas
cuando pasó.» La amnesia de la niñez devendría en
algo parecido a un rasgo propio de la infancia de la
humanidad, y así, como la proverbial pescadilla que
se muerde la cola, nuestra juventud desparecería de
nuestros recuerdos.
Por una parte me gustaría impedir que llegásemos
a ese extremo, preservar la capacidad de los niños
para ver el comienzo de sus vidas a través de un velo
traslúcido, evitar que las historias de nuestros
orígenes fuesen reemplazadas por un montón de
imágenes de vídeo, frías y desaturadas. Pero quizá
sientan tanto cariño por sus memorias digitales
integrales como yo por mis imperfectos recuerdos
orgánicos.
Las personas nos componemos de historias.
Nuestros recuerdos no son la mera acumulación
imparcial de cada uno de los segundos que hemos
vivido, sino una narración ensamblada a partir de
momentos seleccionados. Motivo por el cual, aunque
experimentemos los mismos acontecimientos que
otro individuo, las dos crónicas resultantes nunca
serán exactamente idénticas: los criterios empleados
para seleccionar cada momento, variables en cada
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