Page 100 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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«Carne picada de cien años —pensó, delirante—. Si


            puedes creer eso, puedes creer cualquier cosa».



            —Oh, abuelo…



            Después de mirar alrededor, utilizó una de las palas


            colgadas de la pared para moverlo. A cada vuelta,



            el  pañuelo  negro  que  lo  envolvía  se  iba  soltando


            más y más. El hedor era ya insoportable. Por fin,


            uno de los pliegues se deslizó suavemente y cayó


            flácido a un lado.



            Joe se acercó, ceñudo.



            ¿Qué demonios era eso?




            Hurgó  un  poco  más  con  la  pala,  dejando  el


            contenido expuesto hasta que pudo observarlo en


            su totalidad. Definitivamente, el olor salía de ahí…



            Era una especie de… cosa, alguna suerte de materia


            orgánica  de  un  profundo  color  negro,  visceral,


            como el hígado de un pollo. Unas pequeñas estrías



            blancas  lo  recorrían  de  lado  a  lado  dándole  un


            aspecto repulsivo. Parecía un pulmón por su forma,


            aunque algo hinchado por el centro. Varias arterias,


            grandes  como  macarrones  enchumbados  en


            demasiada  agua,  sobresalían  como  tuberías


            abyectas,  deformes,  en  cuyo  interior  reinaba  una


            oscuridad tan profunda como infame.










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