Page 101 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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Joe retrocedió un par de pasos, asqueado. Vivía
solo, el agua caliente se había vuelto una quimera
con las bajas temperaturas y además trataba de
ahorrar, por lo que cosas como el desodorante
habían pasado a la historia. Como consecuencia, el
olor corporal dentro del jersey había adquirido
lentamente ese penetrante aroma a masculinidad.
A pesar de eso, la pestilencia que emanaba aquel
órgano repulsivo conseguía imponerse. Resultaba
tan nauseabundo que tuvo un acceso de arcadas.
Sin darse mucho tiempo, tomó la manta que
protegía la pistola lanzaclavos y la tiró encima de
aquella aberración podrida. Luego ascendió
rápidamente por la escalera y regresó al salón. Los
pulmones le abrasaban, reclamaban aire fresco, así
que se precipitó hacia la puerta, la abrió de par en
par e inspiró una buena bocanada.
¡Oh, el aire era tan delicioso! Era frío, era puro, e
invadió sus pulmones como un bálsamo reparador.
No lo había notado, pero tenía las mejillas ardiendo
y la frente roja, y el viento normalmente inhóspito
y hostil le acarició dulcemente mientras arrastraba
copos de nieve hacia sus mejillas y su cabello.
Una vez que se sintió mejor, volvió a cerrar la
puerta y resopló pesadamente, arrugando la nariz.
El mal olor… ese mal olor, parecía estar
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