Page 153 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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desaparecido, seguramente en la primera
andanada.
«Oh, abuelo…».
¿Había sido eso?
—Oh, Jesús… —exclamó, intentando deshacer el
nudo que estaba formándosele en la garganta. Se
sentó en el suelo y se abrazó, notando que lo
zarandeaban unos espasmos incontenibles. Su
cabeza, sin embargo, funcionaba en segundo plano
a toda potencia.
¿Cuánto tiempo llevaba el abuelo Cerón Harper
viviendo allí? Bastante, se dijo. ¿A dónde iba el
abuelo cuando llegaba el invierno? A ningún lado,
probablemente. No creía que el abuelo tuviera una
segunda residencia en la soleada California, como
no creía que la merluza pudiera volar. No, el abuelo
Harper se quedaba allí todo el tiempo, incluso en
invierno. Cada año.
«Tuvo que verlos. Tuvo que verlos porque yo llevo
aquí unos pocos meses de mierda y vaya si los he
visto. Tuvo que verlos si es que andaban ya por
aquí, si tienen que ver con el Pozo, porque el Pozo
es de mucho antes, el Pozo ya era una mierda
mucho antes de que el abuelo echara aquí su
primera meada.
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