Page 157 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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de que quisiera sacar el coche de la nieve. Nadie en
su sano juicio lo habría intentado siquiera.
David Wright estaba trastornado, enfermo de
miedo y de locura, y él lo había matado.
Una de las primeras cosas que hizo, después de
asegurarse de que en el exterior de la cabaña no
había nada ni nadie, fue sacar el cuerpo de Wright.
Lo llevó a la parte de atrás, cavó de forma
superficial en la nieve y lo metió allí. Ni siquiera le
importó su cercanía al pozo de agua: Joe solo quería
quitar su rostro sereno de la vista, ponerlo en algún
sitio donde el frío de la nieve y el hielo lo
preservaran. Más tarde daría cuenta a las
autoridades de su paradero; les explicaría lo que
había pasado y todo saldría bien.
Joe miró entonces el camino. Se dijo que empezaría
a andar hasta que viera algún coche, cualquier
coche… Uno que le llevara a la ciudad o cualquier
otro destino alejado de allí. Ya había tenido
bastante Yukón para toda una vida, prefería volver
a la ciudad y vivir en una caja de cartón en alguna
estación de metro que pasar un solo minuto más en
aquel lugar. Sin embargo, la nieve caía en
abundancia y el viento empezaba a soplar con
fuerza; con seguridad habría caído vencido por el
frío y la extenuación antes de llegar a la carretera
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