Page 149 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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Un puñado de trozos de madera voló por los aires,


            lanzando  una  lluvia  contra  Joe.  Algunos  de  esos


            pedazos le impactaron en la cara y en los brazos,


            pero ninguno provocó heridas, y en solo un par de


            segundos  todo  había  terminado.  Joe  miró  hacia


            delante  por  entre  la  neblina  difusa  de  unos  ojos


            entrecerrados.




            Y ahí estaba, ocupando todo el marco de la puerta:


            un  agujero  imposible  colmado  de  una  oscuridad


            impenetrable, una atrocidad visual que el cerebro


            insistía en rechazar; la ausencia de todo, rematada


            por  aureolas  borrosas  de  jirones  de  un  negro


            absoluto  que  daban  vueltas  en  torno  a  aquella


            forma indescriptible.




            Y… chillaba. Joe podía oírlo a través de la cera, pero


            el grito llegaba tan deformado y grave que lo único


            que  conseguía  era  ponerle  la  piel  de  gallina.  Ese


            descubrimiento  lo  liberó  de  aquella  visión


            hipnótica; con una expresión de triunfo iluminando


            su rostro, Joe apretó el gatillo.



            La pistola despertó entre siseos y un par de clics



            metálicos.  Una  pequeña  vaharada  de  aire  salió


            abruptamente por el lateral y los clavos volaron, tan


            raudos que Joe apenas pudo verlos. La andanada


            liberó  casi  una  decena  de  ellos,  pero  todos  se


            perdieron en la oscuridad sin que tuvieran ningún





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