Page 151 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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se contrajo como atenazado por una mano invisible


            y terminó por colapsarse, quedando reducido a un


            amasijo informe de metal.



            La forma avanzaba.



            El pecho empezó a arderle, pero también los brazos



            y la cabeza. Era como si algo tirara de él. Hasta le


            costaba trabajo respirar. Notaba la carne de la cara


            tirante. El cabello era un torbellino en movimiento.



            Joe trastabilló. Estaba pensando que el viejo dicho


            de que la vida pasaba por la mente de uno en los


            últimos momentos no era cierto; apenas sentía más


            que una indolente indiferencia.




            Entonces,  casi  sin  pensarlo,  apretó  el  gatillo  de


            nuevo.



            Tres clavos salieron en línea hacia la forma oscura,


            cruzando los dos metros que lo separaban de ella.


            El  efecto  fue  casi  inmediato,  y  Joe  percibió  el


            estruendoso alarido incluso a través de los tapones


            de cera. Aquella cosa chillaba como si la estuvieran



            quemando en la hoguera.



            Al  mismo  tiempo,  la  forma  empezó  a  encogerse


            sobre  sí  misma.  Extendía  hilachos  de  un  negro


            alquitranado  hacia  todas  partes,  como  si  quisiera


            agarrarse desesperadamente a algo. Luego tembló


            y se sacudió, como arrebatada por un estertor de






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