Page 199 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
P. 199

desabotonándose la camisa y remangándose, presa


            de una repentina oleada de calor. Era como si cada


            poro  de  su  piel  reclamara  aire  con  urgencia.


            Recurrió  entonces  a  su  inhalador  con  manos


            temblorosas, pero en el diseño de la solución había


            un  problema:  necesitaba  inhalar  para  que  el


            medicamento penetrase, y él no podía en absoluto,



            solo conseguía abrir la boca como si fuese a beber


            agua de manantial después de estar tres meses en


            el  desierto.  El  chorro  blanco  escapaba,  vaporoso,


            elevándose  hacia  el  cielo,  como  el  vapor  de  una


            tetera que aúlla en el fogón.



            El  pecho  parecía  ocupar  un  volumen  tan  grande


            que parecía una especie de hombre lobo en plena



            mutación.



            Se asfixiaba.



            En  aquellos  momentos,  ya  con  la  visión


            desvaneciéndose en sus márgenes y contaminada


            de  un  aura  espectral  blanquecina,  Joe  no  sintió


            miedo.  De  alguna  forma  extraña,  y  habiendo


            comprendido que en cualquier momento caería al



            suelo  para  abrazar  la  negrura  infinita  de  la  no


            existencia, descubrió que se sentía casi indiferente,


            incluso  tocado  por  una  sincera  curiosidad.


            Esperaba  el  momento  del  desenlace  como  quien


            mira  una  película,  intrigado  por  ver  cómo  se





                                                                                                          198
   194   195   196   197   198   199   200   201   202   203   204