Page 241 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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De pronto, el hombre se revolvió y se apartó de Joe.


            Parecía tan contrariado como asustado.



            —¡Oiga! ¿Qué demonios hace?



            Joe se giró para encararlo. Se acercó a su cara para


            hablar en voz baja.




            —¿Quiere bajar la voz, por el amor de Dios?



            —¿Qué  dice?  —preguntó  el  desconocido—.  ¡Eh!


            ¿Quién es usted?



            —No, ¿quién es usted?



            El hombre lo miró por un segundo, confundido.




            —¡Soy un vecino del dueño de esta casa, señor, y a


            usted no lo conozco!



            —Yo también soy su vecino, idiota. Soy amigo de


            los Herron.



            —¿Ah,  sí?  —preguntó  el  hombre,  contrariado.



            Ahora  pestañeaba,  perplejo—.  ¿Qué  hacía  dentro


            de la casa? Está cerrada…



            —Bueno, eso a usted no le importa.



            —¿Y por qué quiere que hable en voz baja? ¿Por


            qué me ha sacado hasta aquí? —Ahora lo miraba de



            arriba  a  abajo,  como  si  estuviera  haciendo  un


            examen  de  su  aspecto.  De  pronto  reparó  por


            primera vez en la pistola de clavos, que tenía un








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