Page 312 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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una  línea  tan  perfecta  que  parecía  que  alguien


            hubiese aplicado un láser de precisión. Las ramas


            crecían y se integraban con la pared de piedra.



            Joe  se  quedó  mirando  las  hojas  y  ramas.  Allen


            respiraba con rapidez, como si acabara de echar una


            carrera.




            —Dios  mío  —dijo  Joe.  Acababa  de  agacharse  y


            había  recogido  una  de  las  ramas.  Era  una  rama


            sana, con un corte limpio en uno de los extremos.


            Joe  miró  hacia  arriba  y  creyó  comprender—.  ¿Te


            das cuenta?



            —¿Tú también?




            —Es como si…



            —¡Como si el puto árbol hubiera aparecido aquí de


            repente!  —aulló  Allen,  interrumpiéndolo—.  ¡Ha


            aparecido  aquí,  pero  no  ha  ocupado  el  espacio


            donde antes había algo!




            —Por eso están las ramas y las hojas cortadas tan


            limpiamente —terminó Joe.



            —¡Como la vía, Joe! —dijo Allen, fuera de sí. Salió


            corriendo hacia el coche y puso la mano libre en el


            capó—.  ¡Mira  este  coche!  ¡Es  un  coche  moderno,


            Joe! ¡Explícame cómo ha llegado hasta aquí! ¡Dime


            de qué otra forma podía haber llegado este coche



            hasta aquí, sin un roce, sin una sola mota de tierra!




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