Page 316 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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desconocidas y en lugares que de repente están y


            luego ya no. La pregunta real era: ¿estaría el mundo


            sumido  en  el  caos  ahí  fuera?  ¿Habían  tardado


            demasiado?



            De repente, la pendiente terminó. Estaban mirando


            ahora una oquedad con forma de cuenco de la que


            volvía a nacer un nuevo ramal de techo bajo. Este



            descendía  aún  más  hacia  la  oscuridad.  Al  mirar


            alrededor,  Joe  estuvo  bastante  seguro  de  que  en


            algún  momento  de  la  historia  de  aquella  cueva


            había caído agua por allí. Podía verlo en los surcos


            entre  las  rocas  y  el  aspecto  suave,  resbaladizo  y


            pulido  de  estas.  El  agua  habría  descendido  en


            cascada por entre las piedras, y su fuerza habría ido



            socavando el cuenco natural, fin de la pendiente,


            generando espuma blanca y llenando la cueva de


            un  ruido  atronador  e  impetuoso.  Joe  imaginó


            insectos y musgo y un ecosistema de vida complejo,


            pero de aquello no quedaba ya nada más que polvo


            y piedras. Se preguntó si la cueva habría pasado por


            un ciclo natural de vida, o si el agua habría sido


            desviada en algún lugar en la superficie, quizá por


            acción  del  hombre.  Quizá  aquellos  demonios



            dimensionales habrían tenido que ver, dejando la


            cueva estéril y muerta, sin vida.











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