Page 314 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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solo  tuvo  que  darle  un  pequeño  empujón  para


            echarla abajo. Joe tuvo un instante de pánico; si la


            estructura de la casa estaba dañada, podía venirse


            abajo en cualquier momento.



            —¡ALLEN, NO!




            Se  acercó  corriendo  a  la  casa,  con  el  corazón


            latiéndole con fuerza en el pecho. Si le caía un solo


            ladrillo  en  la  cabeza  en  un  lugar  como  aquel,  no


            habría manera de procurarle asistencia.



            —¡ALLEN!



            Pero  justo  cuando  iba  a  entrar  a  por  él,  Allen


            regresaba  ya  con  un  objeto  en  la  mano.  Lo  miró



            brevemente antes de extender el objeto hacia él con


            un brillo de excitación en los ojos. Era un teléfono


            antiguo,  negro,  o  uno  que  imitaba  los  modelos


            tradicionales  que  se  hicieron  populares  en  los


            setenta.  El  plástico  del  auricular  y  el  dial  central


            estaban  recortados  con  una  pequeña  curvatura,


            como las hojas.




            —¡Todo  está  así,  Joe!  —exclamó,  riendo—.


            ¡Estamos en la Dimensión Desconocida! ¡Es de puta


            madre!



            Y entonces, sin previo aviso, se echó a llorar.



            Echaron  un  último  vistazo  a  la  calle  antes  de



            continuar  por  una  pendiente  empinada  entre  un




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