Page 321 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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Varias luces se encendieron en la oscuridad
alrededor de los dos hombres. Los haces se
cruzaron y, por primera vez, tanto Joe como Allen
pudieron ver de dónde provenían.
Eran lámparas frontales sujetas a unos cascos de
espeleólogos. Los hombres que los llevaban
caminaban hacia ellos como muertos vivientes,
arrastrando los pies. Vestían monos de colores
brillantes con bandas reflectantes, botas y guantes,
pero sus rostros, fuertemente contrastados por la
luz de los frontales, parecían exánimes y lánguidos.
Los ojos eran puntos oscuros donde la vida hacía
tiempo que se había extinguido. Y se acercaban con
los brazos caídos, bamboleándose a un lado y a
otro.
Allen gimió, retrocedió un par de pasos y tropezó
con una piedra. Cayó al suelo, de espalda. Joe
estaba fascinado, hipnotizado y aterrorizado. Su
mente se negaba a reaccionar y se regalaba en
cuantos detalles veía: el roto en el pantalón a la
altura de la rodilla de uno de ellos, el muñón
horrible en el que se había convertido la mano de
otro, y sus caras… con sus bocas inmundas
moviéndose como si no pararan de hablar.
—Joe…
—¡JOE!
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