Page 366 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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otra cosa; aunque la sangre descendía hasta el codo
y escocía, no era nada preocupante.
Entonces, Allen se acercó a él y lo abrazó.
—Joder —repitió Joe, pero finalmente aceptó su
abrazo y permanecieron así unos instantes.
—¿Dónde…? ¿Dónde estabas, Joe? —dijo Allen al
fin, retirándose para mirarlo con atención—. ¿Estás
bien? Parece que estás bien… ¡Te veo bien!
—Estaba bien hasta que te he visto… Mamón.
Allen soltó un gruñido que pretendía ser una risa.
—Dios mío… —dijo—. Pensé que no volvería a
verte… Cuando llegué aquí después de tanto
tiempo y vi que no estabas pensé que te habías ido
sin mí…
—¿Ido? —preguntó Joe. La voz se le retorció a
media palabra y se elevó en un agudo demasiado
intenso—. ¡No he parado de irme! ¡He estado
yéndome todo el tiempo!
Allen asintió, con una sonrisa torcida en el rostro.
—Te refieres a… los saltos, ¿verdad? —preguntó.
—Sí… Joder, me asusté mucho cuando te vi
atravesar la pared.
Allen arrugó la frente.
—¿Yo atravesé la pared?
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