Page 62 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
P. 62
apariencia como de cuento de hadas. El viento
había moldeado formas redondeadas en las laderas
de las montañas circundantes, de manera que estas
parecían las almenas de algún fantástico castillo.
Joe casi podía imaginar Damas Heladas durmiendo
en lápidas de hielo en su interior, arrulladas por el
tintineo de una miríada de cristales congelados.
—La Planicie… —murmuró Joe.
—La tristemente conocida Planicie.
Pete se dejó caer en el suelo, visiblemente fatigado.
Se quedó sentado mirándose las manos. De repente
parecía envejecido, tanto que se diría que tenía diez
años más.
—Juré que nunca volvería aquí —dijo al fin.
—¿Lo juraste? —preguntó Joe—. Pero ¿por qué?
Pete lo miró brevemente.
—¿No lo notas? Dime que no lo notas.
—¿Notar el qué, Pete? —preguntó Joe, ceñudo—.
Ayer dijiste lo mismo. ¡Estás de un misterioso…!
Me has levantado a unas horas intempestivas, me
has arrastrado en un trayecto de dos horas y media
y luego me has hecho andar entre rocas durante un
par de horas más. Y aún no me has dicho nada de
nada. Maldita sea, ¿me puedes decir para qué
hemos venido?
61

