Page 31 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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—Vaya… Mira, viga, no quiero.
—¿Querer juntos ir? —Una risa ahogada, lenta y
maliciosa, llegó del otro lado de la choza—. ¿Gustar
dracones? Tú quererme muerto, lrkmaan. —Más risitas—.
Lrkmaan poorzhab en cabeza, poorzhab.
—¡Olvídalo!
Me aparté de la pared, me dejé caer, alisé la arena y me
encogí de espaldas al dracón. El viento dio la impresión de
amainar un poco y cerré los ojos para intentar dormir.
Enseguida, los chasquidos y los crujidos del techo de plástico
se combinaron con el fondo de bramidos y silbidos y noté
que mi cuerpo flotaba.
Entonces mis ojos se abrieron al máximo ante un sonido
de pasos en la arena. Me puse en tensión, dispuesto a saltar.
—¿Davidge? —La voz de Jerry era muy sosegada.
—¿Qué?
Oí que el dracón se sentaba en la arena a mi lado.
—Tú solitario, Davidge. Difícil hablar de eso, ¿ne?
—¿y qué?
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