Page 44 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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me encontraba. Jerry arrugó la frente.
—Como babosa, pero largo.
—¿Una anguila?
—Ae, pero anguila de tierra, ¿gavey?
—¿Te refieres a una «serpiente»?
—Posibletalvezquizá.
Bajé la cabeza y puse los labios en el borde de la concha.
Sorbí un poco de caldo, tragué, y dejé que el calorcillo
reparador del líquido penetrara en mi cuerpo.
—Bueno.
—¿Tú querer gusta?
—¿Ess?
—Gusta.
Jerry estiró el brazo hacia el fuego y cogió un trozo de
roca transparente y más o menos cuadrada. La examiné, la
arañé con la uña del pulgar, después la toqué con la lengua.
—¡Halita! ¡Sal!
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