Page 199 - El Jugador - Iain M. Banks
P. 199
pensamientos volvían una y otra vez a la evidencia de que
los azadianos eran capaces de ello, pero tal y como había
dicho la máquina los azadianos vivían sumergidos en el
juego desde que nacían. El Azad quizá sólo pudiera ser
dominado por alguien cuyos procesos cognoscitivos
hubieran sido moldeados por el mismo juego...
¡Pero cinco años! Todo ese tiempo, y no por el mero
hecho de estar lejos de su casa sino porque tendría que
pasar la mitad o probablemente algo más de la mitad de
esos cinco años sin disponer del tiempo necesario para
mantenerse al comente de los progresos que se fueran
produciendo en los demás juegos, sin tiempo para leer
artículos o escribirlos, sin tiempo para nada salvo para
aquel juego absurdo que ya empezaba a obsesionarle. Y
todo eso supondría un cambio. Al final de aquellos cinco
años sería una persona distinta. El cambio era inevitable,
tan inevitable como el que acabaría llevando dentro una
parte del juego, por pequeña que fuese. Y cuando
volviera... ¿Conseguiría ponerse al día? Le habrían
olvidado. Habría estado lejos durante tanto tiempo que
aquellos habitantes de la Cultura cuya vida giraba
alrededor de los juegos no le prestarían ninguna atención.
Se habría convertido en una figura histórica. Y cuando
volviera... ¿Le permitirían hablar de su experiencia? El
198

