Page 439 - El Jugador - Iain M. Banks
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pancarta oscilando sobre las cabezas de la multitud:
«ALIENÍGENA, VETE A CASA».
‐‐Parece que no soy demasiado popular ‐‐dijo.
‐‐No lo eres ‐‐replicó Flere‐Imsaho.
Dos pasos más (Gurgeh se dio cuenta de ello mientras
hablaba y antes de que la unidad le contestara gracias al
mismo sentido indefinible que entraba en acción durante
el juego y que le hacía verlo todo como desde una gran
distancia) y se encontraría muy cerca de..., necesitó un
paso más para analizar el problema..., algo malo, algo que
no encajaba, una grave discordancia..., había algo...
distinto; el grupo de tres personas situado a su izquierda
que no tardaría en dejar atrás no..., no debería estar allí.
Eran como piezas fantasmas escondidas en un territorio
boscoso... Gurgeh no tenía una idea muy clara de en qué
consistía la discordancia, pero las estructuras de
protagonismo manejadas por el sentido del juego
reclamaron el primer lugar en el orden de precedencia de
sus pensamientos, y comprendió que jamás correría el
riesgo de colocar una pieza allí.
Medio paso más...
... para comprender que la pieza que no quería
arriesgar era él mismo.
Vio como el grupo de tres personas se ponía en
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