Page 463 - El Jugador - Iain M. Banks
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en la modalidad de diez jugadores empezaría a la
mañana siguiente.
‐‐Me habría gustado poder descansar un poco ‐‐
confesó Gurgeh mirando a la unidad.
Había decidido darse una ducha flotante y su cuerpo
estaba suspendido en el centro de la cabina
antigravitatoria. Los chorros de agua salían despedidos
desde varias direcciones y eran absorbidos por los
agujeritos minúsculos que cubrían toda la superficie
semiesférica del interior de la cabina. Unos tapones‐
membrana impedían que le entrara el agua en la nariz,
pero hablar seguía resultando un tanto difícil.
‐‐Oh, estoy seguro de ello ‐‐dijo Flere‐Imsaho con su
vocecita chillona‐‐. Pero quieren eliminarte por
agotamiento, ¿comprendes? Y, naturalmente, eso
significa que te enfrentarás a algunos de sus mejores
jugadores escogidos entre los que siempre han
conseguido terminar sus partidas en un tiempo récord.
‐‐Sí, ya se me había ocurrido ‐‐dijo Gurgeh.
Los chorros de agua y el vapor casi le impedían ver a
la unidad. Se preguntó qué ocurriría si Flere‐Imsaho
tuviese algún defecto de fabricación y le entrara algo de
agua. Su cuerpo giró lentamente entre las corrientes de
agua y aire que cambiaban continuamente de dirección
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