Page 461 - El Jugador - Iain M. Banks
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Za apoyó la cabeza en el asiento y empezó a roncar.

                  Y abrió los ojos de golpe y se incorporó de un salto.


                  ‐‐Vaya, debo estar haciéndome viejo ‐‐dijo haciendo lo

            que parecía un terrible esfuerzo para despabilarse. Fue

            hacia  Gurgeh  y  se  plantó  delante  de  él  balanceándose


            lentamente de un lado a otro‐‐. Oye, ¿crees que podrías

            llamar un aerotaxi para que me llevara a casa?

                  Gurgeh  llamó  un  aerotaxi.  El  vehículo  llegó  unos


            minutos después, los guardias del tejado le transmitieron

            el permiso para aterrizar dado por Gurgeh y el aerotaxi

            se  llevó  a  Za.  El  enviado  se  marchó  cantando  a  pleno

            pulmón.


                  Gurgeh  se  quedó  sentado  un  rato  más  mientras  se

            hacía totalmente de noche y el segundo sol se ocultaba

            detrás del horizonte. Después dictó una carta dirigida a

            Chamlis Amalk‐Ney dándole las gracias por el brazalete


            Orbital, que seguía llevando puesto. Copió la mayor parte

            de aquella carta en otra dirigida a Yay y les contó a los

            dos lo que le había ocurrido desde su llegada. No intentó


            disimular la auténtica naturaleza del juego o del Imperio

            y  se  preguntó  qué  parte  de  la  verdad  llegaría  a  sus

            amigos. Después estudió unos cuantos problemas en la


            pantalla y se puso en contacto con la nave para comentar

            la partida del día siguiente.






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