Page 51 - El Jugador - Iain M. Banks
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inmóvil delante de la ventana, temblando y dejando caer
gotitas de agua sobre el suelo‐‐. No te quedes ahí
mirándola ‐‐dijo Chamlis con un parpadeo de sus campos
dirigido a Gurgeh‐‐. Ve a buscar una toalla.
Gurgeh le lanzó una mirada de pocos amigos y salió
de la habitación.
Cuando volvió Chamlis ya había persuadido a Yay de
que se arrodillara delante del fuego. Un campo curvado
sobre su nuca le mantenía la cabeza lo más cerca posible
del calor de las llamas y otro campo estaba secándole el
pelo. Las gotitas de agua caían de sus rizos empapados y
se estrellaban sobre las piedras calientes de la chimenea
esfumándose con un débil siseo.
Chamlis cogió la toalla y Gurgeh observó como la
unidad la colocaba sobre el cuerpo de la joven. Gurgeh
acabó apartando la mirada, meneó la cabeza y se dejó caer
sobre el sofá lanzando un suspiro.
‐‐Yay, tienes los pies sucios ‐‐dijo.
‐‐Ah, sí. Fue una carrera magnífica.
La joven rió desde debajo de la toalla.
Yay acompañó la operación de secado con gran
abundancia de bufidos, silbidos y «brr‐brrs». Cuando
estuvo seca se envolvió un poco mejor en la toalla y se
sentó sobre el sofá doblando las piernas hasta dejarlas
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