Page 538 - El Jugador - Iain M. Banks
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Hamin inclinándose sobre él.
Gurgeh asintió.
‐‐Bueno... Un poquito de música nunca hace daño.
Hamin se reclinó en su asiento, aparentemente
satisfecho con la respuesta. Volvían a estar en el gran
jardín del tejado. La cena había sido una ceremonia larga,
complicada y un tanto excesiva para el estómago que
había incluido hembras desnudas bailando en el centro
del comedor, y si había que creer en los anillos de Gurgeh
nadie había intentado añadir ninguna sustancia extraña a
su comida. Ya había oscurecido y los comensales estaban
sentados disfrutando de la cálida atmósfera nocturna
mientras escuchaban la música quejumbrosa producida
por un grupo de ápices. Unas pasarelas de líneas
elegantes y delicadas llevaban desde el jardín hasta las
imponentes siluetas de los árboles.
Gurgeh compartía una mesita con Hamin y Olos.
Flere‐Imsaho estaba junto a sus pies. Las lámparas
brillaban en los árboles que se alzaban a su alrededor. El
jardín del tejado era una isla de luz perdida en la noche
rodeada por los gritos con que los pájaros y animales
parecían responder a la música.
‐‐Señor Gurgeh, me estaba preguntando si... ¿Alguna
de nuestras danzarinas le ha parecido especialmente
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