Page 553 - El Jugador - Iain M. Banks
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por algunos de nuestros ciudadanos humanos.
Hamin estaba aún más fascinado por las costumbres
sexuales de la Cultura. El que la Cultura considerase que
la homosexualidad, el incesto, el cambio de sexo, el
hermafroditismo y la alteración de las características
sexuales eran una parte más de las actividades a que
podían entregarse sus habitantes y que les diera tan poca
importancia como el embarcarse en un crucero o
cambiarse de peinado parecía encantarle y, al mismo
tiempo, ofenderle terriblemente.
Hamin pensaba que eso debía eliminar toda la
diversión y el placer. ¿Es que en la Cultura no había
absolutamente nada que estuviera prohibido?
Gurgeh intentó explicarle que no había leyes escritas,
y que apenas había crímenes. Oh, sí, de vez en cuando
había algún crimen pasional (el término fue escogido por
Hamin), pero poca cosa más. El que todo el mundo
dispusiera de una terminal dificultaba
considerablemente el cometer un crimen, y aparte de eso
la Cultura había conseguido eliminar casi todos los
motivos para cometerlo.
‐‐Pero ¿y si una persona mata a otra?
Gurgeh se encogió de hombros.
‐‐Se le asigna una unidad.
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