Page 556 - El Jugador - Iain M. Banks
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observaba la atracción escogida para amenizar la
sobremesa ‐‐normalmente algún tipo de danza erótica‐‐,
y el número de cabaret involuntario de las cambiantes
alianzas sexuales entre los invitados, sirvientes,
danzarines y demás personal de la casa. Gurgeh fue
invitado a participar en muchas ocasiones, pero no
sucumbió a la tentación. Las hembras azadianas le
resultaban cada vez más atractivas, y no sólo
físicamente..., pero utilizó sus glándulas de una forma
negativa e incluso contraria a la finalidad para la que
habían sido concebidas, y se las arregló para permanecer
carnalmente sobrio aun estando rodeado de aquella orgía
exhibida con tanta sutileza.
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Fueron unos días bastante agradables. Los anillos no
le pincharon ni una sola vez y nadie disparó contra él.
Gurgeh y Flere‐Imsaho volvieron sanos y salvos al
módulo posado en el techo del Gran Hotel un par de días
antes de la fecha fijada para que la flota imperial
despegara con rumbo a Ecronedal. Gurgeh y la unidad
habrían preferido llevarse consigo el módulo, que era
perfectamente capaz de efectuar la travesía por sí solo,
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