Page 667 - El Jugador - Iain M. Banks
P. 667

había entrado en una fase más igualada.

                  Gurgeh tuvo la sensación de haberse convertido en un


            cable recorrido por alguna energía terrible. Era una nube

            colosal suspendida sobre el tablero que se preparaba para

            barrerlo con sus rayos, una ola inmensa que corría por el


            océano dirigiéndose hacia la costa dormida, un palpitar

            de energía y materia fundida que emergía del corazón de

            un planeta..., un dios con el poder de crear y destruir lo


            que quisiera.

                  Había perdido el control de sus glándulas productoras

            de  drogas.  La  mezcla  de  sustancias  químicas  que

            circulaba por sus venas y arterias había tomado el control


            y  tenía  la  sensación  de  que  su  cerebro  había  quedado

            saturado por una sola idea tan obsesiva y poderosa como

            los delirios de la fiebre. Ganar, dominar, controlar... Las

            emociones eran un conjunto de ángulos que definían un


            deseo, la decisión absoluta a la que nada podía oponerse.

                  Las  pausas  en  el  juego  y  las  horas  que  pasaba

            durmiendo  carecían  de  importancia  y  habían  quedado


            reducidos a meros intervalos en la vida real del tablero y

            el juego. Gurgeh seguía funcionando de una forma más o

            menos normal, hablaba con la unidad, con la nave o con


            otras personas, comía, dormía e iba de un lado a otro...,

            pero todo aquello no era nada. Era irrelevante y no tenía






                                                                                                         666
   662   663   664   665   666   667   668   669   670   671   672