Page 76 - El Jugador - Iain M. Banks
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alguna otra cosa que esté en condiciones de revelarle?
‐‐Sí ‐‐dijo Gurgeh. Estaba empezando a enfadarse‐‐.
¿Puedo saber algo sobre el cómo y el cuándo de ese
enigma del que hemos estado hablando?
La unidad pareció oscilar en el aire. Sus campos no
habían cambiado de color desde que llegó.
‐‐¿Jernau Gurgeh? ‐‐dijo por fin.
Los dos guardaron silencio durante un momento que
pareció prolongarse eternamente. Gurgeh clavó los ojos
en la unidad, se puso en pie, apoyó las manos en las
caderas e inclinó la cabeza hacia un lado.
‐‐¿Sí? ‐‐gritó.
‐‐Probablemente no ‐‐dijo secamente la unidad.
Salió disparada hacia el cielo y el brillo de sus campos
se esfumó. Gurgeh oyó el mismo rugido de antes y vio
formarse la estela de vapor. Estaba directamente debajo
de ella, por lo que al principio sólo fue una nubecilla. La
nubecilla fue aumentando lentamente de tamaño durante
unos segundos hasta que dejó de crecer. Gurgeh meneó
la cabeza.
Metió la mano en el bolsillo y sacó la terminal.
‐‐Casa ‐‐dijo‐‐. Ponte en contacto con esa unidad.
Siguió con los ojos clavados en el cielo.
‐‐¿Qué unidad, Jernau? ‐‐preguntó la casa‐‐.
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