Page 101 - La Nave - Tomas Salvador
P. 101

historia, la historia que estoy conociendo en signos


            y de la cual conozco los paisajes. ¿Paisajes?



               Pero  tengo  miedo  de  que  me  desaparezca  esta


            extraña lucidez, este comprender, sin comprender...


            Mis  hermanos  de  Letras,  desde  sus  páginas,  me


            contemplan, y quizás estén riendo...








                                                 G‐XXIII: 1111



               Deseaba  volver.  Contrariamente  a  lo  que


            esperaba, no he perdido esta rara comprensión que


            me anima. Diríase que estoy dando vueltas a una


            rueda sin fin, sin estar dentro ni fuera, lejos o cerca,


            pero  formando  parte  de  ella.  Quizás  esta  imagen


            haya nacido de mi conocimiento de la Nave y su


            estructura,  patente  en  su  funcionalismo,  o  del


            mismo  aire  que  respiro,  siempre  igual,  siempre



            renovado, como un fragmento de mi círculo.



               Sin embargo, me estoy escapando de «algo» —de


            la misma Nave, si es posible compaginar esta idea


            con la anterior— al acariciar la posibilidad de que


            exista para nosotros una redención. Jugando ayer


            (he adoptado esta fórmula de tiempo) al ajedrez con


            Ulo, he creído intuir que dicho juego nos ha librado


            de  perecer  totalmente.  No  tenemos  casi  palabras,


            casi fuerza, casi valor, casi esperanza; pero nuestro


            cerebro              permanece,                  diríase             que          dormido,



            aletargado, esperando el acicate que lo haga vibrar.

                                                                                                           101
   96   97   98   99   100   101   102   103   104   105   106