Page 96 - La Nave - Tomas Salvador
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excepto el suyo, tenía bendiciones para la vida
Humana. Quedaban las estrellas, pero a tal
distancia que la misma debía medirse en años‐luz.
Escribo sin comprender, pero resumiendo a mis
antecesores, que lo hacían sobre valores
sobrentendidos, lo que me hace suponer que éstas
eran cosas sencillas. Al parecer, la luz corre a una
velocidad de 300.000 kilómetros por segundo. Y un
segundo... Me faltan palabras; debería explicar lo
que es un segundo, un minuto, un día, un año; y lo
que es un kilómetro, y lo que es la luz y por qué
viaja. Seguiré usando estos valores sobrentendidos,
porque estoy haciendo historia, no ciencia. La luz
viaja a la velocidad anotada, velocidad que los
hombres nunca pudieron alcanzar, ni siquiera en
una milésima parte. ¡Y las estrellas estaban a años‐
luz, o sea que incluso viajando como la luz tardarían
años enteros en llegar! Era imposible lograr una
nave en condiciones para el viaje, en primer lugar,
porque se oponían las propias leyes físicas; en
segundo, porque para tan largo viaje las naves no
podían cargar el combustible (alimento para
motores, según entiendo) necesario. Así estaban las
cosas en el siglo XXIV, cuando los hombres
consiguieron vencer estos dos problemas:
combustible y viajar a la velocidad de la luz.
Entendiendo vagamente el concepto, pero no el
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