Page 188 - La Nave - Tomas Salvador
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una sensación de frescura que había matado el picor
y la sutil hemorragia que empapaba las vendas.
Trató de olvidarse de sus manos.
Y dijo, tratando de resumir sus palabras:
—Hermanos wit, padres de las familias, queréis
que os hable, y yo no sé si sabré hacerlo. Allá arriba
descubrí que la palabra hablada podía grafiarse,
esconderse en los hilillos de una pluma sobre la
masa blanda del papel. Y descubrí que muchas
palabras habladas podían encerrarse en las palabras
escritas. Me pregunté qué utilidad podía tener eso,
cuando todos tenemos lengua y podemos hablar.
Pero no tardé en descubrir que la palabra escrita,
sabiendo ser interpretada, se vuelve sonido otra
vez. Y que se conserva total y enteramente, aunque
pasen los años y hayan muerto los que las grabaron.
Y descubrí que se pueden transformar en sonidos
una y otra vez, muchas veces, porque no se pierden,
porque son eternas: Lo descubrí, porque descubrí
que yo podía hacer lo mismo. Nosotros, los kros,
allá arriba, casi hemos perdido la palabra hablada.
Hablamos poco porque lo que tenemos que
decirnos ya está dicho antes de decirlo. Por eso yo,
kros y Hombre de Letras, me expresaría mejor
escribiendo las palabras y luego haciéndolas
sonidos.
Levantó los brazos para que vieran sus manos
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