Page 193 - La Nave - Tomas Salvador
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Uno de los padres —tendría que aprender sus
nombres— se levantó y dijo:
—Has dicho la verdad, Shim.
La sorpresa apenas le dejó hablar.
—¿Acaso sabías ya...?
El wit movió la cabeza.
—No, por lo menos en la forma que tú lo dices.
Pero nosotros, que no tenemos Libro, que no
tenemos sabiduría, tenemos unos símbolos que
pueden hablar. No; no es eso; pueden ser hablados,
pueden ser explicados por uno de los nuestros que
a su vez aprendió de sus padres y éstos de los suyos.
Una de nuestras familias es la depositaría de los
símbolos. Ylus es el padre.
—¿Símbolos? El río..., la fuente..., la montaña.
—Ésos son.
—¿Vosotros los habéis llevado arriba?
—Sí.
Se detuvo para reflexionar lo que debía decir. Pero
no acertaba con las palabras exactas. El Ring, con su
inmensidad, con su plataforma, con sus luces..., y
los ancianos padres de las familias, sentados en
semicírculo, envueltos en sus negras vestiduras, le
conmovían y aplanaban al mismo tiempo.
El llamado Ylus se acercó a él y puso la mano
encima de sus hombros.
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